Fracturas en el Deporte
Todos los huesos del aparato locomotor son susceptibles de sufrir fracturas, especialmente en traumatismos de alta energía como accidentes de tráfico o caídas de gran altura. En estos casos el tratamiento casi siempre debe ser de urgencia, y habitualmente después de haber tratado lesiones mas graves en órganos vitales. En esta página sin embargo me voy a centrar en las lesiones óseas que se producen en actividades de menor energía, es decir, durante la práctica deportiva. Depende del tipo de deporte que practiques, tendrás un riesgo mayor de sufrir un tipo de lesiones.
A parte de los citados, existen múltiples mecanismos de producción de fracturas que nos ayudan a los traumatológos a entender la lesión y también a plantear el tratamiento mas adecuado. No será lo mismo una fractura por arrancamiento en el hueso calcáneo, bajo la fuerza de tracción del aquiles, que una fractura por compresión en ese mismo hueso que fragmente el calcáneo y provoque un hundimiento (mecanismo de compresión).
En esta sección voy a intentar resumir los conceptos mas importantes sobre el tratamiento de las fracturas para hacer mas fácil entender el tratamiento que propongo en cada caso. En algunas fracturas según sus características voy a recomendar realizar una cirugía y en otros casos voy a proponer un tratamiento conservador (no quirúrgico). Esto va a depender por un lado del tipo de fractura y su localización o hueso afectado y por otro de las características (deporte, profesión..) y las preferencias personales:
– Algunas fracturas como por ejemplo las fractura de fémur o tobillo serán casi siempre quirúrgicas mientras que otras como las de clavícula serán en general conservadoras. A esta información, la localización, añadiremos mas datos como el tipo de fractura (tercio medio de clavícula), el desplazamiento (menos de 1 cm de acortamiento), el buen estado de partes blandas, la ocupación del paciente… Si los criterios anteriores nos permiten llevar a cabo un tratamiento conservador, siempre será nuestra primera opción.
– Sin embargo, en una fractura de clavícula muy similar a la que muestro en la imagen previa, si vemos que existe amenaza de que se formen úlceras en la piel, o se trata de un deportista de élite que debe volver a la competición de manera precoz, podemos indicar una cirugía para tratar la fractura. Esto permite una recuperación mas rápida, pero teniendo que someteros a una intervención quirúrgica
Para profundizar en la decisión de intervenir o no una fractura, voy a mostrar la información a que los traumatólogos le damos importancia y que datos consideramos información secundaria a la hora de clasificar una fractura y por tanto establecer su pronóstico y tratamiento.
¿Cómo Clasificamos las Fracturas los Traumatólogos?
Si bien existen infinitos mecanismos y patrones de fracturas, los traumatólogos utilizamos sistemas de clasificación con las que agrupamos casi todas las fracturas existentes y determinamos el tratamiento a seguir en función de esa clasificación. Lo mas importante sobre estos sistemas de clasificación es identificar aquello que hace que una fractura la consideremos como grave, o con un pronóstico peor.
Es muy frecuente que me pregunten: ¿Es una fractura limpia?, ¿Es una fisura o una fractura? Normalmente no voy a utilizar estos términos sino que voy a determinar la gravedad por otros parámetros, entre ellos los siguientes:
1) Desplazamiento de la Fractura: Obviamente una fractura desplazada va a tener peor pronóstico que una fractura sin desplazar.
2) Fractura articular frente a fractura extra-articular: Muchas veces es sorprendente que una “pequeña fractura” que contacta con una articulación (por ejemplo la rodilla) pueda ser mas grave que una gran fractura en la mitad del fémur.
3) Capacidad de curación: Cada hueso del aparato locomotor va a tener una capacidad de consolidar la fractura (“pegar”) propia. Hay cierto huesos como el escafoides, la tibia, o la cabeza del fémur que tienen una mayor tendencia a no pegar y formar lo que los traumatólogos llamamos pseudoartrosis (retraso/ausencia de consolidación). Este hecho hace que estas fracturas sean mas propensas a ser operadas pese a no estar desplazadas.
4) Afectación de partes blandas: Las fracturas suelen acompañarse según su mecanismo de la afectación de la piel, el tejido subcutáneo y los músculos que recubren los huesos. El pronóstico de curación es mucho mejor cuando apenas hay afectación de las partes y es mucho peor en los casos de fracturas abiertas (con exposición ósea). En el caso de la tibia por ejemplo, que se trata de hueso muy superficial, es muy frecuente que en la producción de la fractura se produzca una apertura de la piel, o una afectación importante que retrasa su curación
¿Qué tratamientos existen para las fracturas?
Con la información obtenida del estudio radiográfico y la exploración propongo un tratamiento individualizado. Casi siempre este tratamiento comienza por una inmovilización temporal para controlar el dolor y la inflamación y llevar a cabo el tratamiento definitivo en un plazo habitualmente de entre 1 y 10 días. En el caso de las fracturas asociadas al deporte, estas suelen producirse en personas jóvenes o de mediana edad, lo que hace que debamos ser mas exigentes para conseguir el mejor resultado funcional. Siempre que sea posible optaremos por un tratamiento conservador, a no ser que la cirugía nos aumente las posibilidades de obtener un resultado mejor para el paciente. El tratamiento de las fracturas mas habituales (caídas o lesiones deportivas) del que disponemos los traumatólogos lo podemos agrupar en tres tipos:
1) Tratamiento no quirúrgico:
Utilizamos yesos cerrados, férulas u ortesis para conducir la curación de la fractura en una posición adecuada. Habitualmente se trata de fracturas menos graves (menos desplazadas y fragmentadas) que aquellas que requieren una cirugía.
2) Tratamiento Quirúrgico con Fijación Interna con Placas y Tornillos:
Utilizamos estos sistema en el caso de fracturas de huesos grandes en la proximidad de las articulaciones (tobillo, rodilla, hombro..) o bien en huesos pequeños como los huesos de la mano y el pie . En estos casos la colocación o reducción totalmente anatómica es el objetivo de la cirugía para evitar el desarrollo de artrosis.
3) Tratamiento Quirúrgico con Enclavado (Clavo Endomedular):
El clavo, contrariamente a lo que su nombre indica es un dispositivo grande que se coloca en el canal medular de huesos largos como el fémur, el húmero o la tibia, y que hace la función de andamio dentro del hueso. Busca devolver la longitud, rotación, angulación y desplazamiento adecuado al hueso para salvar las articulaciones cercanas así como el propio hueso.
A continuación les voy a exponer las fracturas mas frecuentes que vemos los traumatólogos especialistas en pie y tobillo y que ocurren en deportes como el fútbol, el basquetbol o tras caídas fortuitas de bicicleta o corredores.