¿Cuáles son las patologías o lesiones del pie que se pueden tratar por cirugía percutánea?
Las patologías del pie que más frecuentemente tratamos por cirugía percutánea, son el juanete o Hallux valgus, la metatarsalgia (dolor en la zona plantar de la base de los dedos del pie frecuentemente con callos) y los dedos en garra. De hecho estas tres patologías tienden a darse en el mismo paciente, y las tres se corrigen en una misma intervención. Además de estas, en el antepié utilizamos la cirugía MIS para tratar el juanete de sastre, en el 5º metatarsiano, el Hallux Rigidus, o artrosis metatarso falángica del primer dedo así como el síndrome de dedos entrecruzados.
¿Cómo es la intervención en cirugía percutánea del pie?
La intervención tiene por objetivo mejorar la arquitectura del pie, eliminando las desviaciones de los dedos y el híper-apoyo plantar. Para ello se van a realizar distintos cortes en el hueso (osteototomías) y liberaciones capsulares y tendinosas bajo control directo de rayos x. Con ello vamos a eliminar la desviación de los dedos, así como la tendencia a que esta vuelva a instaurarse. Estos cambios, eliminan el dolor causado por las deformidades y evitará los problemas en la piel y el apoyo que estas pueden causar, ya que su resolución espontánea o con el uso de férulas no es posible. Los pasos en la intervención son los siguientes:
– Esta técnica se realiza con una anestesia que duerme la sensibilidad en el pie, para lo cual el anestesista hace 2 o 3 infiltraciones de anestesia local con una pequeña aguja.
– A continuación os colocamos en la mesa de quirófano en una posición que permita tanto nuestro trabajo quirúrgico como la utilización del aparato de rayos X. Este es el que nos va a guiar en cada uno de los pasos.
– Tras esterilizar la piel y montar el campo quirúrgico, realizamos con un bisturí de 2 mm las incisiones en la piel a través de las cuales vamos a trabajar. Estas pueden ser desde 2 hasta 8 en función del tipo de lesión o del número de dedos afectos.
– A través de las incisiones y bajo control de rayos realizamos los gestos quirúrgicos. Por ejemplo, en el caso del juanete hacemos resección del bunion seguida de una liberación de la cápsula y tendón del abductor, y en función del caso un corte en la falange y el metatarsiano en un plano concreto. En el caso del espolón calcáneo en el talón, no ayudamos de una fresa para limarlo. En ningún caso tocamos articulaciones para evitar la pérdida de movilidad y el dolor. Únicamente cambiamos la arquitectura global del pie, según unas técnicas concretas.
– Tras realizar un control final de la corrección, suturamos (no siempre) las pequeñas incisiones y ponemos un vendaje funcional que habrá que mantener, ya que va a dirigir el proceso de cicatrización/consolidación en la posición correcta obtenida.