Fractura de Calcáneo

El calcáneo es el hueso del talón en el que inserta el tendón de aquiles. Debido a su localización tan distal, soporta gran parte del peso corporal, para lo cual esta preparado a través de un diseño de trabéculas óseas que soportan grandes fuerzas compresivas. Esta compresión se transmite de la tibia al astrágalo en el tobillo, y a través de la articulación calcáneo-astragalina llegan a este resistente hueso del pie. En actividades como correr y saltar, las fuerzas se disparan, existiendo incluso fracturas de estrés del calcáneo.

Las fracturas agudas por su parte, tienen lugar casi siempre tras caidas desde altura. La inercia de la caída multiplica nuestro peso corporal y el calcáneo fracasa colapsándose o incluso estallando bajo esta fuerza. Puesto que el desplazamiento es muy difícil de valorar con estudios de radiografía simple, casi siempre pediremos un TAC, no sólo para ver la fractura, sino para ver la articulación de este hueso con el astrágalo. En los casos de fracturas no desplazadas o poco desplazadas, es suficiente con una inmovilización temporal y una descarga con muletas durante alrededor de 6 semanas.

Si la articulación esta afectada o el hundimiento es importante, indicaremos una cirugía para recuperar la anatomía normal del pie. Hay que tener en cuenta que pequeñas desviaciones en la forma del calcáneo o desplazamientos en la articulación van a conllevar cambios en la arquitectura del pie, que pueden ser fatales y acabar en artrosis. Son típicas la deformidad en pie plano y la artrosis sub-astragalina si estas fracturas no son tratadas correctamente.

En la Cirugía utilizo una placa especial para calcáneo, que colocamos a través de una cuidadosa incisión en la parte lateral del talón. La piel en esa zona es muy sensible, por lo que debemos esperar a que baje la inflamación (7-10 días) antes de operar, y así disminuir la probabilidad de necrosis cutánea posterior. Durante los primeros 2-3 meses después de la intervención restringimos el apoyo para evitar un nuevo hundimiento mientras la fractura cura.

Preguntas frecuentes

¿Qué es una fractura de calcáneo?

Una fractura de calcáneo es una lesión en el hueso del talón, conocido como calcáneo. Esta fractura puede ocurrir debido a una caída desde una altura, un accidente automovilístico u otro trauma directo en el talón. Las fracturas de calcáneo suelen ser graves y pueden requerir tratamiento médico adecuado.

¿Cuáles son los síntomas comunes de una fractura de calcáneo?

Los síntomas comunes de una fractura de calcáneo incluyen dolor intenso en el talón y en la parte posterior del pie, hinchazón, hematomas, dificultad para caminar o apoyar el peso sobre el pie afectado, deformidad visible en el talón y sensibilidad al tocar la zona lesionada.

¿Cómo se diagnostica una fractura de calcáneo?

El diagnóstico de una fractura de calcáneo generalmente se realiza mediante una combinación de evaluación clínica y pruebas de diagnóstico por imágenes. Durante la evaluación, el médico examinará los síntomas, realizará preguntas sobre la lesión y realizará un examen físico. Las pruebas de diagnóstico por imágenes, como radiografías o resonancias magnéticas, se utilizan para confirmar y evaluar la extensión de la fractura.

¿Cuál es el tratamiento para una fractura de calcáneo?

El tratamiento para una fractura de calcáneo depende de varios factores, como la gravedad de la fractura y la estabilidad del hueso. En algunos casos, se puede realizar una reducción cerrada, que implica la manipulación de los fragmentos óseos para realinearlos. Para fracturas más graves o desplazadas, puede ser necesaria una cirugía para colocar placas, tornillos u otros dispositivos de fijación que ayuden a los fragmentos óseos en su lugar durante la curación. Además, se puede recomendar inmovilización con yeso, reposo y terapia física durante el proceso de recuperación.

¿Cuánto tiempo lleva recuperarse de una fractura de calcáneo?

El tiempo de recuperación de una fractura de calcáneo varía según la gravedad de la lesión y el tipo de tratamiento utilizado. En general, puede llevar a cabo varios meses para que el hueso esté completamente sano y para que pueda volver a sus actividades normales. Durante este tiempo, es posible que necesite usar dispositivos de apoyo, como muletas o una bota ortopédica, y participar en terapia física para ayudar a restaurar la fuerza y la movilidad del pie afectado.

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